Somos muchos los que sufrimos constantes dolores en esa zona del centro del cuerpo que en Pilates se conoce como Power House, en Madrid como la tripa, y en el resto del mundo como estómago. A mí me duele la barriga. Mucho y en general. Toda ella.
Hay famosos que también lo han pasado muy mal con este tema.
Kurt Cobain, un viejo conocido de este Diario, sin ir más lejos, sufría horrorosos dolores que sólo supo contener con la heroína. Lo que le hizo caer en un círculo vicioso de me duele la barriga-me chuto-ergo-me duele más-por lo tanto-me chuto otra vez. Y claro, luego tuvo que pegarse un tiro. Su roadie no debía de conocer el práctico omeprazol que te venden en cualquier farmacia y que has de tomarte siempre antes de salir a destrozar bares, guitarras o mobiliario urbano.
¿Tendrá ganas de hacer caquita?
Audrey Hepburn. De todos es sabido que pesaba más o menos los kilos que mi perro cuando le pongo a dieta de jamón york y también sabemos todos que era debido a una extraña enfermedad conocida como hambre. Es decir, la culpa de la anorexia y la bulimia del siglo pasado no la tienen las pasarelas, amigos, la tiene la Guerra, que es muy mala.
¿A qué huelen las nubes? ¿A qué sabe una hamburguesa?
Yo hubo una época en la que tenia la tripa de un niño somalí. Lo que unido a mis patitas a lo Calimero me daban un extraño aspecto. Pero como por aquella época tenía un novio robot al que le importaba muy poco mi apariencia humana y sí mis engranajes mentales, la verdad, ni me daba cuenta.
Era un buen chico, pero vivía la vida en forma de bits.
Lo que que hacía era, básicamente, taparme aquella rara pelota de niña ulcerosa a punto de morir y seguir, tan pancha, mal comiendo sin más. Por aquel entonces habitaba la no menos rara ciudad del Manneken Pis, que creo que tuvo la culpa de la mayor parte de esa úlcera y de esa panza. Los belgas se alimentan o de nada, como la propia Audrey sabe, o de patatas con mayonesa y mejillones. Que para el caso, se ve que Audrey fue bastante más lista que yo. Eso sí, gracias a aquellos vomitivos menús, ahora, directamente, no puedo comer nada. Fluctúo entre la dieta de hospital y la de una niña de 7 años. Muy siglo XXIII creo yo.
Como Bélgica tiene a Amberes y allí está todo el mundo muy loco con la moda deconstruida y desestructurada (una cosa de la que mi familia también sabe mucho) mi tripa pudo campar a sus anchas entre vestidos de Dries Van Noten y cosas raras que me ponía en la cabeza para desviar la atención. Freud estaría orgulloso de mí y de cómo aprovecho las deconstrucciones en general.
Debajo puedes llevar lo que te salga del mismísimo.
Este sombrero de señor de Ann Demeleumeester es ya un clásico en mi armario.
Y todo esto...por culpa del anuncio de Activia de Carmen Machi, que uno ya no sabe dónde meterse para no escucharlo. De verdad…¿Aída hablando de PEDOS? ¿En serio? Pues no sólo va en serio sino que mi nueva mejor amiga (por la de veces que la veo), la señora Carmen, a la que me encuentro cada mañana sacando a su baboso perro, que odia al mío, me lo ha comentado también. Porque el perro no nos tendrá ningún cariño, pero ella no tiene reparos en cogerlo en brazos mientras él ladra como si le estuviesen empalando en una snuff movie para así poder comentar conmigo la jugada del día. En este caso, el tema de los yogures, que bailaban en sus manos al lado del maloliente can.
Así que entre la señora que no calla, el perro sucio y de molestos ladridos y Aída tirándose cuescos en la televisión española se podrá comprender que hoy no pueda comer nada. Bueno sí, una sopa y unos donuts. Hospital General meets Bart Simpson en mi estómago.
Barrigas que cuelgan, barrigas con tetas, y barrigas de embarazadas que no saben que lo están hasta que un niño llora entre sus piernas….en próximos episodios.
Asombrada me tiene la señorita indiscreta... 2 post largos seguidos!! me voy a malacostumbrar y como no tenga mi chute diario como el Cobain.. no respondo. Esta cita con el Diario va a alcanzar la importancia que tenia para mi el capitulo semanal de Candy, Candy hace ya TAITANTOS años, y con eso lo digo todo... confío en usted señorita en hacerme mis días más divertidos y más fáciles de llevar. Enhorabuena
ResponderEliminarSuscribo lo que dice sa sita patri, usted y su colon irritable se van a apoderar del mundo
ResponderEliminarSeñorita P. puede usted confiar tranquila, cada día tendrá su ración de Indiscreciones. Pase por caja con su cartilla, esta dictadura será muy cumplidora. (Weekends excluded)
ResponderEliminarSeñorito J. una haciendo malabares para denominar a una de sus múltiples enfermedades con estilo y usted, de un plumazo, va y se lo carga. Eso sí, con lo de apoderarse del mundo lo compensa ;)
Pssssiiii, reconozco que es posible que carezca de estilo... pero lo hice de buena fe
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