lunes, 14 de junio de 2010

Look: Hacker




Internet ha vuelto a mi vida, y con él, yo al blog.
Para celebrarlo elijo este look de Angelina Jolie en Hackers: Piratas Informáticos, de 1995.
A mi Angelina me cae fatal y no puedo con ella por diversos motivos, pero en esta época pre Brad Pitt no daba tanta pereza. Si no, jamás hubiese estado en este Diario (bueno, y exceptuando Inocencia Interrumpida, donde está soberbia y su look de chalada setentera es de diez).




Compartía protagonismo con Jonnhy Lee Miller.
La verdad es que hacían buena pareja, pero dice Internet que se casaron muy rollo pasional absurdo (con sangre y chorradas muy de Angelina de por medio) y que la cosa les duró menos de un año.
Que digo yo, ¿la gente piensa las cosas que hace?
Últimamente tiendo a pensar que no, que lo de reflexionar está más pasado de moda que nunca.
Y me parece fatal.


En fin, a lo que nos importa: a partir de ahora actualizare el blog en pelotas y chupa de cuero. A ver qué pasa.

jueves, 3 de junio de 2010

Look de la semana: Peto vaquero, gafas y camisa de rayas



El erizo, dirigida por Mona Achache (también actriz y guionista eventual) es la adaptación al cine de la preciosa novela de Muriel Barbery, La elegancia del erizo.

Una niña superdotada, una conserje que no es lo que parece y un japonés muy educado son el trío protagonista, que se mueve entre secretos, novelas rusas y peces que se tiran al váter. En un edificio más francés que la Torre Eiffel.



Este es el cartel francés, un poco más explicativo.


El libro es de esos que se leen en un pis pás y cuando lo acabas quieres volver a empezar a leerlo y no haberlo leído nunca para descubrirlo otra vez. Y la película ha sabido adaptar muy bien esa misma historia al lenguaje audiovisual. Por raro que parezca, no me la imagino mejor.



A muchas con 11 años nos hubiera gustado tener como amiga a la señora Michel.



El japo es un poco raro pero en el fondo es majete.



Pensamientos enormes en cabezas pequeñitas.



Si de pequeña me hubiese encontrado a esta niña por la calle hubiese sido como en Tú a Boston y yo a California. Narizotas incluidas.


Y no puedo decir más porque no sería nada comparado con los productos literario y cinematográficos aquí mencionados.
Me voy a poner mis antiguas gafas, el peto y la camisa de rayas y pensar como Paloma en la gente que posee la elegancia del erizo...”por fuera, está llena de pinchos, pero por dentro es tan refinada como ese animal; falsamente indolente, tremendamente solitario y terriblemente elegante.”